Por Mariano Tamagnini
‘Existen herramientas probadas en el universo de las organizaciones que, tal vez, puedan trasladarse al mundo educativo con similar éxito‘ Tal premisa, en boca de una pedagoga y coach, surgió de una conversación entre colegas que sopesaban una colaboración conjunta en el área de formación de habilidades de liderazgo.
La idea cobró forma y vio la luz, como experiencia piloto, en una escuela pública de Cataluña. Se convirtió en un taller de 'Líder coach'. ¿El resultado? Excelente, sin dudas. El grupo estaba compuesto por docentes y padres (vinculados mediante la asociación de padres y madres de alumnos/as -AMPA-), con un interés genuino -nos referimos a los niños, el mayor activo de nuestra sociedad- y ganas de potenciar diversos aspectos que mejoraran, entre otras cosas, la convivencia y el diálogo entre partes.
¿Por qué un taller de ‘líder/coach’? Porque es una formación que se ha revelado útil en las empresas (basta ver el crecimiento exponencial de la oferta disponible). Las competencias de ese ‘líder/coach’ son aplicables a quienquiera, ya que involucran el arte de la pregunta, saber escuchar, dar feedback y las imprescindibles habilidades relacionales, ingente tema que involucra la gestión emocional, asignatura tabú que suscita los mayores problemas en cualquier grupo humano y que, aunque parezca utópico, con un poco de esfuerzo y de dedicación, contribuyen a sanar esas relaciones que, en muchas ocasiones, se encuentran en un punto muerto. ¿Ficción, realidad? Analizamos algunos de estos supuestos en siguientes números. Pero podemos adelantar algo: ¡Ha sido maravilloso!
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